por Frau Colombiana
Libertad, naturaleza y la posibilidad de tener el mundo entero en mis manos. Eso es lo que pienso cada vez que veo las afueras de mi ventana en Tafira. Veo las montañas, donde han plantado pequeñas matas y palmeras; caminos imposibles de recorrer en coche; en el centro el urbanismo irregular de las casas pintadas cada una de colores distintos, con formas distintas, y al fondo, la playa arenosa con la mar turquesa y los márgenes de un cielo sin nubes y casi siempre soleado. Levantarme cada día sintiendo el calor y ver la naturaleza tan tranquila como aquí siempre ha sido uno de mis sueños más grandes. Poder ver esto ahora que todavía soy tan joven que tengo el mundo abierto ante mí y todas las posibilidades que yo quiera, me hace ser consciente cada mañana que despierto y abro la ventana para dejar entrar el aire, de que estoy viviendo mi sueño en este momento, de que logré convertir mi mayor deseo en realidad.