Con mis ojos desde mi ventana

por Frau Colombiana

Libertad, naturaleza y la posibilidad de tener el mundo entero en mis manos. Eso es lo que pienso cada vez que veo las afueras de mi ventana en Tafira. Veo las montañas, donde han plantado pequeñas matas y palmeras; caminos imposibles de recorrer en coche; en el centro el urbanismo irregular de las casas pintadas cada una de colores distintos, con formas distintas, y al fondo, la playa arenosa con la mar turquesa y los márgenes de un cielo sin nubes y casi siempre soleado. Levantarme cada día sintiendo el calor y ver la naturaleza tan tranquila como aquí siempre ha sido uno de mis sueños más grandes. Poder ver esto ahora que todavía soy tan joven que tengo el mundo abierto ante mí y todas las posibilidades que yo quiera, me hace ser consciente cada mañana que despierto y  abro la ventana para dejar entrar el aire, de que estoy viviendo mi sueño en este momento, de que logré convertir mi mayor deseo en realidad.

Mi vida en Las Canteras

por Rosa inglesa

El lugar que he elegido es una de las mejores playas de Gran Canaria, Las Canteras.  Tengo la suerte de vivir en Las Canteras, por La Cicer.  Saqué la foto cerca de mi casa.  La Playa mide unos 5 kms desde el Auditorio hasta La Puntilla.
Antes vivía en Telde en una zona en frente de un colegio, cerca del campo y con mucha tranquilidad.  Vivía con mi novio.  Fue un tiempo agradable para mi y el primer sitio en el que viví en la isla.
Hace un año y medio me separé de mi novio y decidí que quería vivir en un sitio donde hubiera gente y ambiente.  Un sitio donde no tuviera siempre que salir de mi casa con el coche. Estaba tomando un café por La Cicer y ví que había un piso en alquiler.  Llamé al número y cuando lo ví decidí el mismo día que lo quería.  En Marzo del 2010 me mudé.  Fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.

Las Canteras es una zona con mucho movimiento.  Tanto durante el día como por la noche.  Se puede correr en el paseo, tomar el sol o hacer muchos tipos de deporte en la playa, comer en uno de los restaurantes, dar un paseo o simplemente sentarse y ver la variedad de gente que pasa.  También hay muchas actividades organizadas.  Hay campeonatos de surf, carreras y todos los sábados hay música en directo.  Es imposible que me aburra. Cada vez que salgo de casa me siento alegre al ver el mar.   Siempre ha sido mi sueño vivir cerca de la playa.  Voy caminando desde mi casa a muchos sitios.  Tengo el centro comercial Las Arenas, el Auditorio (aunque nunca he ido), La Plaza de Farray, Mesa y López, el parque Santa Catalina y La Puntilla cerca.
Hace un año empecé con triatlón.  Así que tengo que nadar en el mar.  La Barra hace que el agua sea como una piscina.  Nado con mis amigos desde La Playa Chica hasta La Puntilla.  Es muy bonito ver la playa desde dentro del mar.
Llevo cuatro años y medio en la isla y ahora conozco a mucha gente.  Cuando camino por el paseo me encuentro con muchos amigos.  Como la playa es muy bonita va mucha gente.  Es fantástico porque aunque vivo sola y no tengo familia aquí, no me siento sola.

Gran Canaria, la aventura comienza

por Matrioshka

La idea de venir a vivir a Gran Canaria no surgió de un día para otro, sino que se fue formando poco a poco durante un tiempo. A mí siempre me ha gustado viajar, explorar nuevos lugares, conocer otros tipos de vida y aprender idiomas. Además, desde mi infancia he sentido una especial fascinación por el mar. A esto se suma que después de haber pasado 12 años en un país, me apetecía cambiar de aires. Elegir un lugar perfecto para vivir no fue fácil, pero al final opté por Canarias.

Llegué a Las Palmas en enero en un día muy despejado. El mar de color azul profundo centellaba al sol y parecía darme la bienvenida. El paisaje, en cambio, resultó más árido de lo que me había imaginado. También la ciudad de Las Palmas me decepcionó un poco. Casi no había vida en las calles, los barrios no turísticos daban la impresión de estar sucios y poco cuidados. Pero me quedé maravillada por Las Canteras. Me pasaba horas paseando por la orilla y disfrutando de la brisa marina y de los días largos, con más horas de luz que en mi país. Al cabo de unos pocos días después de mi llegada supe que Gran Canaria era el lugar donde quería pasar los próximos años de mi vida.

Me vine a Las Palmas sin conocer a nadie y apenas hablaba español. Sabía que el inglés era una asignatura pendiente para muchos españoles pero esperaba que en un sitio turístico hubiera más gente que supiera otros idiomas. En eso me equivoqué. Sin embargo, a pesar de las dificultades a la hora de mantener una conversación, me llevé una gran sorpresa, ya que resultó bastante fácil entrar en contacto con la gente. En general, la acogida que me dieron los canarios superó con creces lo que había esperado. Hasta ahora no me he arrepentido de haber tomado la decisión de venir a Gran Canaria y todavía me queda mucho por aprender y descubrir.