Esta es mi Las Palmas, el paisaje desde las ventanas de mi casa. La edad de la Tierra es de unos 4500 millones de años, pero la vista nunca es la misma. Cada día es diferente, los colores están cambiando cada mañana, tarde y noche. La salida y la puesta del sol. La luna, las nubes, la lluvia, el mar, el viento, las olas, la ciudad, las casas y el tráfico. Esta visión me proporciona espacio para mis pensamientos y me posibilita una imaginación sin límites y también demuestra fácilmente la pequeñez del hombre en el universo.