El lugar más hermoso de Gran Canaria para mí es, sin lugar a dudas, la Caldera de Tejeda. Sus poderosos roques, sus acantilados…, todo alrededor es impresionante. La primera vez que lo vi experimenté una sobredosis de belleza y sigo regresando a por más. Es hermoso en todas las estaciones, pero me gusta en invierno, cuando se viste de verde después de las lluvias.