Ojalá pudiera hablar de tal manera que honrase ese idioma tan rico y tan bello, el español. Sin embargo, aunque tengo mucho interés y me encantan tanto la logística como las peculiaridades de los idiomas, me cuesta. De todas formas, lograr expresarme y ser entendida son retos que estoy empeñada en conseguir, tarde o temprano, ya que he dejado pasar mucho tiempo sin intentar remediar la situación.
Hoy en día, la ilusión que tengo por perfeccionar el español se debe en primer lugar, a que mi vida está aquí y me gustaría vivirla más a fondo, lo que requiere estar mucho más integrada. En segundo lugar, como una de las mejores formas de mantener el cerebro activo es a través del aprendizaje de un idioma, me parece un propósito importante y oportuno. Como muy acertadamente se dice en inglés «use it or lose it» (lo que no se usa, se pierde). En tercer lugar, el dominio del idioma y la soltura me podrían abrir puertas en cuanto a otros estudios o actividades el día de mañana cuando me jubile por completo.
Sin duda, sumergirse tanto como se pueda en la sociedad y la cultura sería la forma más fácil de adquirir una buena gramática, una buena pronunciación y un amplio vocabulario lleno de todas esas expresiones y palabras coloquiales que tienen tanta importancia y que dan un sabor especial. A pesar de hacer hincapié en este punto, no lo he puesto mucho en práctica por varias razones. En particular por el entorno en el que vivo. A ver si cambio esto, en cuanto pueda.
Además, tengo la manía de ver o escuchar la televisión, la radio o internet casi siempre en su versión original, que suele ser en inglés y me chifla escuchar diferentes acentos e idiomas, los que sean, el inglés australiano o canadiense, el sueco, el italiano, el japonés, etc. Por lo tanto soy mi peor enemiga en cuanto a la escucha. Es que suena tan raro escuchar, por ejemplo, a Brad Pitt, Helen Mirren, George Clooney o Ken Watanabe, doblados al español, pero de ahora en adelante me esforzaré por escucharlo todo, bueno casi todo, en castellano.
Por cierto, ¿sabían que según el idioma que se hable se utilizan músculos faciales diferentes? Por eso, me parece que para algunas personas, yo la primera, nos es difícil conseguir una buena pronunciación, una que sea comprensible. Realmente es lógico porque todos los músculos hay que entrenarlos y fortalecerlos. Así, como no practico mucho y encima no tengo buen oído, mal asunto. ¡Ay, ay, ay!
En conclusión, si pretenden hablar español bien, hagan todo lo contrario en cuanto a estos últimos puntos.
Dicho esto, repito lo que dije al principio. Mis objetivos principales son los de expresarme mejor y que me entiendan. Voy a aplicarme e intentar seguir mis propios consejos, y por consiguiente expresarme como una auténtica española en mi próximo blog, o sea cuando las ranas críen pelo.