Por Neasa Fallon
Mi patria chica es la gente de mi niñez en el pub local con el olor de cerveza y el de la turba quemándose en la chimenea grande. Es la casa de mis padres rodeada de campos verdes y el paseo entre los castaños añosos. Es el aire fresco con su humedad especial. Es el silencio de la noche y el cielo claro, oscuro y estrellado.