Por Daniela BG
Mi patria chica, idílico lugar que me enamoró hace tiempo, donde me acogieron y establecí mi hogar.
Belleza, campo, mar. Un vergel donde el cielo se funde con el mar y puedo caminar con la desnudez de mi pies y sentir su calor.
Tierra volcánica que a veces llora por fuego que no viene de su entrañas. Siento como propias las heridas que a veces la dañan.