Llevo un año en Gran Canaria.
De mi país echo de menos la naturaleza: el bosque caducifolio, el bosque de coníferas, la hierba verde, los lagos, los ríos, el otoño con hojas amarillas, el aire fresco oxigenado. También añoro a mi marido y a mis amigos.
De Las Palmas me gustan las sonrisas sinceras de la gente, su simpatía, la paciencia y su poco de ingenuidad.